En sus inicios resistido por buena parte de la prensa deportiva e incluso sin
convencer durante las eliminatorias a muchos argentinos, Alejandro
Sabella logró llevar a la Selección nacional a un lugar en el
que no estaba desde hace 24 años.
Y si bien Lio Messi no logró
alzar la copa, la gente se mostró orgullosa y
agradecida con el rendimiento del equipo, con el subcampeonato
obtenido, con la garra puesta en cada partido y con el DT, que
logró crear un fuerte sentido de pertenencia, armar un buen grupo de
trabajo y llegarles a cada integrante con un estilo muy
diferente de liderazgo.
El técnico no solo se ganó el
respeto profesional sino también el corazón de sus dirigidos, que piden
su continuidad. "Me gustaría que siga, desde el primer momento
se manejó de manera espectacular. Ojalá que quiera continuar", señaló
Messi apenas terminó la final, en la que Argentina fue derrotada por
Alemania 1-0 en el minuto 113 del tiempo suplementario.
Otro
referente indiscutido, el "jefecito" Javier Mascherano, afirmó
sobre Sabella: "Transmite valores. Eso seduce a cualquier
futbolista, a cualquier persona y genera
confianza".
"Es una persona que no
necesita de un grito para transmitir, lo hace desde el conocimiento.
Los argentinos a veces creemos que por gritar
vamos a tener la razón, tapamos al otro.
Alejandro es todo lo contrario, es una persona preparada, calma
y paciente, que le devolvió jerarquía a la Selección", completó.
Estos dichos, que coinciden
con las afirmaciones de todo el plantel, no son obra de la
casualidad.
Tal como explicaron los especialistas en liderazgo
consultados por iProfesional, Sabella supo manejar los procesos emocionales como las ilusiones, los simbólicos como los ritos en cada instancia de avance
y las necesidades
socioafectivas en un
ambiente de trabajo que él logró generar.
Claro que, estas variables, que suceden también en el ámbito laboral, el
equipo no las ha adoptado sólo por convivencia sino que se construyeron
en la interacción cotidiana.
Liderazgo en clave
SabellaSegún coincidieron los
expertos, a las habilidades habituales de
planificación, conocimiento técnico, motivación y formación de equipos de alto
rendimiento que necesita todo conductor de un grupo, en un contexto de
competencia voraz se suman otras, que el DT argentino demostró
dominar:
1. Alto nivel de
autocrítica"Sabella supo
reconocer ante sus dirigidos su
responsabilidad personal ante las decisiones y la corrección del
rumbo", apuntó Diego Andariena, gerente
de Capital Humano de la firma PCG ConsultingGroup.
En su opinión, "es una autocrítica honesta
basada no sólo en asumir su rol sino en llevar a la práctica las modificaciones necesarias para
mejorar el desempeño".
En tanto, el director de la Maestría en
Coaching y Cambio Organizacional de la USAL, Jorge Cámpora, hizo hincapié en la capacidad de dirigir
y, al mismo tiempo, "ser aprendiz".
"En un ámbito confrontativo y competitivo, resulta poco habitual
encontrar líderes que puedan reconocer sus errores,
que logren hacerse cargo públicamente de ellos y generen los cambios necesarios
para enmendarlos. Incluso pidiendo disculpas. Ese tipo de
comportamientos, fortalece la confianza del entorno para con el
líder, quien sabe decir ´no´, ´no sé´, ´disculpas´ o ´prefiero no
responde´", expresó el coach y académico.
2. Le falta carisma pero le sobra
conocimiento"Es un
líder más racional que
emocional. No es carismático sino más
bien de perfil técnico, al que se
lo respeta por su conocimiento más que por su carisma. De hecho, no es un estilo que impacte en un principio
en la gente", remarcó Andrés Hatum,
director del Centro RHUO de Talento y Management del IAE Business
School.
El experto sostuvo que "esto
marca una clara diferencia con
Maradona cuando era DT del seleccionado".
Desde su punto de vista, este tipo de liderazgo puede ser bueno en grupos
integrados por muchas estrellas. Pero también advirtió que hay que saber
manejarse en estos contextos para lograr el respeto.
"Si como carisma entendemos a alguien que se muestre y festeje gritando y
demostrando que él es el que gestiona, Sabella no lo tiene", analizó Gloria
Cassano, experta en Recursos Humanos. No obstante, la experta remarcó:
"Carisma también es agradar al
otro".
3. Capacidad de escuchar
a sus dirigidosDe acuerdo con
Cassano, escuchar a sus "dirigidos" hace que lo respeten y que
puedan dar su opinión.
"Sabella no manda, lidera", disparó la experta. Es que, tal
como explicó, mucha gente confunde liderazgo con autoritarismo
cuando, en realidad, se trata de saber qué piensa el que está al frente de la
situación.
Y comparó: "Conocí gerentes generales que les gustaba conversar con el
personal de atención al cliente porque decía que son los que verdaderamente
conocen qué pasa, de qué se quejan y qué esperan de la empresa. Ese es el
acercamiento de Sabella".
Para Gustavo dos Santos, director de la consultora Human Stadium, "hoy nos
encontramos con un Sabella que supo implementar un liderazgo
colaborativo, ya que logró que tanto sus colaboradores como los
jugadores se sientan valorados y tenidos en cuenta, lo
que ayuda siempre a la motivación y productividad del equipo".
"En las empresas, es el tipo de liderazgo que más se adecua
cuando los objetivos de la organización demandan un alto grado de
trabajo en equipo que exija la calidad y no la rapidez para lograr los
desafíos propuestos", dijo el CEO de Human Stadium.
4. Armó alianzas con personas
claveDesde el IAE, Hatum
enfatizó que para lograr los objetivos, son fundamentales las
alianzas.
"Cuando decidió no convocar a Tévez, quedó en evidencia
que su alianza era con Messi. Y esto está bien, porque de
alguna forma hay que sostener el poder y manejarlo internamente", afirmó el
académico.
"Sabella aceptó todo lo que dice cada uno. En Messi, reconoció claramente su
experiencia y su capacidad para entender qué pasa dentro de la cancha",
consideró Cassano.
Y para Hatum, al ser el DT argentino un líder técnico en vez
de ser uno inspirador, una vez en la cancha debe contar
con gente que baje la línea técnica y sostenga anímicamente al equipo.
Indudablemente, ese lugar lo ocupó Mascherano, el líder espiritual, con quien
Sabella hizo una "muy buena dupla".
"El 14 de la selección fue su voz de mando en lo táctico, y
el 10, el talento para realizar una jugada no planificada. Como
en una compañía, el gran secreto es armar un equipo en sentido estricto,
superador del grupo y potenciador de las individualidades, para ello es
clave el empoderamiento de quienes tienen la capacidad para
asumir esos liderazgos situacionales", comparó Andariena.
5. Apostó por una idea y tuvo claro el
objetivo"Para Sabella, pareció
que fue tan importante la persona como llegar al objetivo y cuidó a su
gente para que disfrute el proceso", comentó Cassano.
Por otro lado, cada decisión que tomó lo hizo en base a una clara
concepción de que el grupo estaba por sobre las
individualidades.
Más allá de cómo jugó la selección, el DT argentino sabe que el máximo
objetivo siempre fue estar entre los cuatro mejores. En una organización
-reflexionó a modo de paralelismo el gerente de PCG- el líder debe tener
en claro cuál es el resultado final al que quiere
llegar, hacer cambios o modificar estrategias para lograrlo. Pero
siempre, claro, dentro del marco de referencia y creencias que son el sustento
de una idea definida.
"Logró entonces el
alineamiento del grupo en búsqueda del resultado deseado, consolidando un
proceso de trabajo serio y responsable", describió el director de la
Maestría en Coaching y Cambio Organizacional de la USAL.
6. Se prestó a las bromas pero en el grupo cada
uno supo cuál era su rolSi
bien es difícil conocer cómo fue Sabella en la intimidad del grupo durante los
casi 40 días que compartieron en el predio Cidade do Galo, en Belo Horizonte, lo
que transmitió en su exposición ha sido un estilo democrático.
Por
momentos parecía uno más y se integraba mostrando un equipo
comprometido con un objetivo. Supo generar un buen clima y
divertirse. No le interesó la opinión del resto de las personas, estaba
concentrado en su gente y en cuidar lo que se decía, coincidieron los
expertos.
En palabras de Cámpora, el liderazgo solemne rigidiza, pone
distancia. Finalmente lo rígido llega a quebrarse.
"El verdadero líder -consideró el académico- sabe a las
claras que el respeto de los demás no tiene mucho
que ver con las apariencias y las
formalidades".
"El entrenador de la Selección ha demostrado aceptar
genuinamente la forma de ser de cada
jugador", apuntó el experto de PCG.
Y comparó:
"En las empresas, el líder debe conocer a sus dirigidos y dejar que sean
ellos mismos. Debe saber construir con la materia prima que tiene y
conducir a su equipo a partir de sus características naturales y
dominantes".
7. Evitó la polémica y se corrió del lugar de
estrella"Sabella
se mostró humilde. Supo promover a su gente y reconoció el éxito de cada
uno y de todos. Sus expresiones jamás tuvieron una oración soberbia", resumió
Cassano.
"Se presentó siempre con un alto grado de mesura y no se puso en
lugar del protagonista. En esto se diferenció de otras personalidades
más desbordantes, como la de Maradona", sostuvo Hatum desde el IAE.
El DT siempre eligió el segundo plano
más que el protagonismo personal.
"La humildad para reconocer a
los grandes sin sentirse opacado por ellos. En una empresa, es importante que el líder no busque estar
siempre en el primer lugar y ser el centro de los logros. Además, debe saber reconocer los aportes individuales
y el espacio que le debe otorgar a cada integrante", manifestó Andiarena, desde
PGC Consoulting Group.
8. Convocó a jugadores de su "tropa", para el
resto desconocidosTal como
coincidieron los especialistas en management, Sabella supo elegir a los
integrantes del plantel a costa de críticas externas y cada persona del equipo
supo cuál era el rol que debía ocupar.
Desde PGC, Andiarena agregó: "Sabella
sostuvo a jugadores discutidos, basado en su conocimiento y
análisis de potencial individual y les brindó la confianza
necesaria".
"En las compañías, el líder debe conocer a
fondo a cada uno de los miembros de su equipo y qué
dones y talentos aportan al conjunto, confiar en ellos y bancarlos
para que desarrollen todo su potencial", completó el
experto.
Es que, explicó Cámpora, un buen líder tiene la capacidad de
descubrir el talento de cada persona y colabora para que lo
desarrollen y alcancen su maximo potencial. Se trata de una tarea para
nada sencilla, pues en general muy pocos logran ver aquello que el líder sí
ve.
9. Priorizó el buen clima de
trabajo
Al asumir la conducción del seleccionado, Sabella se
marcó entre sus objetivos principales que los jugadores además
se lleven bien afuera de la cancha.
Tal como expresó Cassano, el técnico argentino entiende a las personas como
un sistema, reconoce que no se puede separar lo laboral de lo personal y
fomenta que el grupo se divierta.
"Lo que hizo fue suficientemente bueno para que la Argentina vuelva a estar
en la elite del fútbol mundial", dijo la especialista en liderazgo.
10. Mostró flexibilidad pero también se mantuvo
firmeDespués del primer
partido, los jugadores -en especial Messi, quien lo hizo público a la prensa- no
estaban contentos ni cómodos con la estrategia elegida por el DT, el recordado esquema 5-3-2.
Sabella los escuchó, reconoció la situación y se hizo cargo del
error cometido en el primer tiempo contra Bosnia, aceptó la existencia
de distintos puntos de vista y actuó al respecto.
"En las empresas, es importante que el líder tenga en cuenta el punto
de vista de los miembros de su equipo para trabajar en
armonía y conocer las opiniones de otros", reflexionó Andariena.
Pero si bien el entrenador argentino mostró apertura mental, también
fue inflexible al momento de tomar decisiones, como por ejemplo no
convocar a Tévez o desafectar a Eber Banega a último momento, guardándose para
él las explicaciones de por qué lo hizo y asumiendo toda la
responsabilidad.
En base a todas estas competencias y
habilidades es que, partido a partido, el DT argentino fue alcanzando el
objetivo inicial que se planteó, que fue el de llegar a la final del mundo. Con
el correr de los partidos y la mejora del equipo en el campo de juego, fue
demostrando la performance del grupo y la suya propia como conductor.
Esto, coincidieron los expertos, es lo más importante ya que, al final del
día, los resultados -en cualquier deporte o empresa-
son los que terminan mandando.